Cándido Méndez: “No se puede meter en el mismo saco normativo a una persona que ha heredado cinco pisos que a un fondo”

Mi entrevista al ex secretario general de UGT en su casa de Madrid, publicada en Idealista News, para conocer su opinión sobre el estado de la vivienda y el mercado inmobiliario en España.

 

Ex secretario general del sindicato Unión General de Trabajadores (UGT) durante 22 años, desde 1994 hasta 2016, y presidente de la Confederación Europea de Sindicatos entre 2003 y 2007, a sus 71 años, Cándido Méndez afirma que no tiene nostalgia de su etapa como sindicalista, aunque recalca debérselo todo “a la UGT y a mi familia”.

Jubilado desde los 64 años, cuando decidió no presentarse a la reelección en 2016, afirma sentirse “muy preocupado” por el futuro de España, porque “es el futuro de mis nietos”. Se describe a sí mismo como un “observador de la realidad” y se siente muy satisfecho y agradecido por los espacios mediáticos que le brindan, “desde los que puedo expresar mi opinión públicamente sobre determinados asuntos”.

Ahora mismo, y aunque tiene claro su voto, el extremeño Cándido Méndez afirma que lo importante ya no es quién gane las Elecciones Generales del próximo domingo, sino que, en sus palabras, “lo que importa es el día de después”. Porque este sindicalista popular y de renombre tiene clarísimo que “España necesita de consensos básicos ante retos de calado fundamentales de la sociedad española, como la transformación verde y la transformación digital, y saber qué posición quiere ocupar España como país y ante la Unión Europea.

Cándido Méndez nos deja entrar en su casa, su lugar favorito porque es donde está su familia…

Y en el actual contexto político, ¿qué opinión le merece la situación de la vivienda en España?

Yo creo que ha habido dos elementos en relación con la política de vivienda que, a mi juicio, hay que remarcar: uno, que, como se ha orientado siempre hacia la propiedad, el parque de viviendas públicas o sociales para el alquiler es reducidísimo en nuestro país; y otro, que nunca se ha conseguido alcanzar un equilibrio entre los que significa la política de construcción de viviendas, como motor de crecimiento económico, y la función social de la propiedad.

Y yo creo que a lo largo de los años la vivienda ha sido más concebida como un motor de crecimiento económico. No en balde, el sector de la construcción sigue siendo muy importante en España, también por su efecto arrastre de otros sectores, pero ha habido momentos en los que estaba casi a la par del sector del turismo y eso no puede ser, porque luego vienen las crisis que han venido y que hemos padecido.

A mi juicio sería fundamental conciliar la dimensión social de la vivienda y la actividad de la construcción como motor económico.

¿Es España un país de propietarios?

Pues yo creo que mayoritariamente, sí… Formamos parte de una cultura donde antes se decía que queríamos tener el nicho y el piso en propiedad. Lo que no se puede es desconocer la historia e intentar fabricar una realidad que no es la que realmente existe.

¿Qué opinión le merece la nueva Ley de Vivienda?

Pues precisamente lo primero que creo que hay que reconocer es que incluso el proceso de presentación fue muy singular… Porque se presentó públicamente por los aliados parlamentarios. Así que podemos hablar de tres dimensiones: la social, la económica y la electoral. Pero sí que hay un factor muy positivo y es que nos permite hablar y debatir en profundidad sobre la situación de la vivienda en nuestro país, sobre cómo aumentar el parque de viviendas en alquiler, o lo que significa la colaboración público-privada en materia de política de vivienda.

¿Pero por qué cree que se ha creado entonces tanta polémica en torno a la nueva normativa?

Pues yo creo que, efectivamente, hay temas muy polémicos, como todo lo relacionado con la definición de ‘gran propietario’. Yo solo tengo ésta donde vivo, pero una persona que puede tener cinco viviendas o más por diferentes situaciones familiares, por ejemplo una herencia, o porque ha ido invirtiendo todos los ahorros de su vida en ladrillo para su jubilación, lo que no puede ser es que se la compare y se la meta en el mismo saco normativo y fiscal, etc, que a un fondo.

Y luego hay otros asuntos polémicos o que han despertado muchas dudas e inquietud, como la cuestión de las ‘zonas tensionadas’. Y aquí es donde aflora inmediatamente la necesidad de llegar a consensos y a acuerdos básicos entre las distintas administraciones.

¿Y entonces qué se puede hacer ahora con la nueva Ley?

Pues, sin duda, yo creo que el Gobierno que gane este domingo las Elecciones tendrá que hacer modificaciones importantes en la nueva normativa de vivienda. Gane quien gane, porque se trata de un valor y un derecho fundamental. No se trata de algo ideológico, porque en el entorno en el que yo más me muevo de personas progresistas, he oído críticas muy parecidas.

¿Qué opina de la ‘okupación’ y la ahora llamada ‘inquiokupación’?

Yo creo que el debate de la okupación de viviendas está bastante distorsionado. Y esa distorsión provoca que paguen justos por pecadores, porque se está generando una gran desconfianza hacia aquellos que encuentran enormes dificultades por acceder a una vivienda en alquiler. Por no hablar de la dimensión del precio del alquiler en nuestro país, que está completamente disparado.

¿Y qué cree que se podría hacer para solucionar el problema del precio del alquiler en España?

Pues yo creo que no es algo fácil de resolver a corto plazo. Hace poco leí el análisis de un experto y decidido defensor de las políticas de alquiler y decía que harían falta no menos de 20 años para alcanzar el parque de viviendas de alquiler que necesitamos en España, y eso con todos los factores a favor. A veces me he preguntado si no sería más adecuado, desde el punto de vista social, articular ayudas directas, más que el intentar limitar o marcar topes de precios. Por ejemplo para los jóvenes. Lo que ocurre es que luego esas ayudas no llegan bien a los colectivos que tienen que llegar, porque es mucho más complejo de lo que parece, por las trabas burocráticas y el desconocimiento o por dificultades de acceso a los canales administrativos.

¿Y cómo podemos ponérselo precisamente más fácil a los jóvenes?

Pues como digo, quizá con ayudas directas, pero con mecanismos bien articulados, para facilitar su acceso y poder asegurar que de verdad lleguen a quienes tienen que llegar. Hoy en día, en nuestro país, tenemos más ayudas las personas mayores que los jóvenes y eso no me parece justo. El paro juvenil alcanza el 30% y tenemos que tener más en cuenta esta realidad. Creo que sería importante reconvertir el concepto de vivienda para lograr un cambio de mentalidad. Necesitamos políticas de vivienda que faciliten el paso del alquiler a la compra de una vivienda, porque los jóvenes al principio alquilan, pero cuando forman una familia, sus necesidades y percepciones cambian y quieren algo en propiedad.

Tenemos escasa oferta inmobiliaria, precios disparados, las promotoras y empresas del sector se quejan de la incertidumbre económica, jurídica y fiscal, y la patronal y los sindicatos de la construcción dicen que falta mano de obra cualificada para poder hacer más viviendas, ¿qué se puede hacer con todo este ‘cóctel molotov’?

Pues es un tema complejo, como digo, que no tiene solución en el corto o medio plazo, pero que hay que empezar a resolver desde ahora y de alguna manera. Sobre la falta de mano de obra cualificada, yo me sorprendo de que los empresarios se sorprendan de que no tienen trabajadores en la construcción y lo voy a explicar. En la época del boom de la construcción ya estuvimos hablando de esto y entre otras cosas, la Fundación Laboral de la Construcción nació con ese objetivo hace ya más de 25 años, para formar al mayor número posible de trabajadores del sector.

Entonces lo que no es aceptable es que la historia y los problemas se vuelvan a repetir. Porque ya nos ocurrió y al final hubo que recurrir a trabajadores de fuera. Y, además, es que ahora hay recursos. Es que la construcción tiene ahora una segunda vida, que puede ser fastuosa, por la rehabilitación de edificios, por ejemplo. Y hay recursos para la transformación verde. Y luego también la construcción puede abordar los procesos de digitalización. Pero todo eso hay que verlo en profudidad, preverlo y abordarlo.

Yo creo que habría que potenciar y reforzar la Fundación Laboral de la Construcción para que se pudieran formar más trabajadores al año y que se planteara un plan para atraer más jóvenes al sector. y que las administraciones públicas reconozcan que es necesario impulsar la formación para recuperar oficios.

Tengo entendido que la patronal y los sindicatos del sector han intentado implicar a la Administración y al Gobierno para tender puentes y abrir líneas de colaboración…

Sí, sí, pero la Fundación Laboral tiene la dimensión que tiene y con todos sus centros y estructura llega a formar a unos 80.000 trabajadores al año, que no es moco de pavo, pero con el apoyo de la administración correspondiente, a lo mejor se podría llegar a 300.000, y cubrir así la demanda de trabajadores que existe y más con la cantidad de trabajo que hay ahora también con la rehabilitación energética.

Todo esto es la pescadilla que se muerde la cola: no hay suelo, no hay mano de obra cualificada para construir viviendas, no hay seguridad jurídica… Por eso es tan importante conseguir consensos en estas cuestiones tan básicas e importantes.

¿Qué opina de los fondos?

Tengo una opinión muy negativa de ellos, aunque es cierto que siempre se piensa que detrás de ellos hay multimillonarios del petróleo, etc y detrás de algunos de ellos hay fondos de pensiones de trabajadores, como el de los Bomberos de San Francisco, etc, pero estos fondos necesitan una regulación específica, porque una cosa es buscar una rentabilidad y otra muy distinta es la especulación a toda costa.

Para terminar, ya que nos ha abierto las puertas de su casa, ¿puede hablarnos de ella? ¿Qué es para usted su hogar y cuál es su rincón favorito?

Llevamos 19 años viviendo en esta casa… Es un dúplex de 130 m2, con tres dormitorios y sólo tenemos esta vivienda. Nos vinimos a Vicálvaro porque era donde podíamos pagar una casa de estas dimensiones y que cubriera las necesidades que teníamos en su momento. Y desde 2004 pagando hipoteca, claro. Buscábamos bastante espacio para nuestros hijos y para mis libros, que los tengo por todas partes porque es una de mis grandes pasiones. Aunque los libros pesan y ocupan espacio, pero me dan seguridad. Y en este sentido me siento un afortunado.

Para mí, mi hogar y mi rincón favorito es donde está mi familia.

 

** Entrevista publicada en Idealista News.

*** Vídeo resumen de la entrevista grabada a Cándido Méndez en su casa de Madrid, cuyas puertas tuvo la gentileza de abrirnos al equipo de Idealista.

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BEATRIZ ARROYO, de Ponle Alma a Tu Casa.